jueves, 22 de febrero de 2018

MI YO SUPERIOR



Logré saltar sin miedo,
dejé atrás tus pasos
y como el cóndor majestuoso
en su vuelo,
te observé desde lo alto,
con alas de ángel
me adentré en el espacio.
Y nuestra tristeza se diluyó en
los mares del tiempo.
Nuestras lágrimas alimentaron
nuevos rosales en el jardín eterno.
Camuflado,
entre las arenas del desierto
siempre,
te observo.
Descubrí tu belleza
con hermosas sonrisas.
Era todo o nada.
Tomamos el segundo camino.
Y de esa nada que me dejaste
me encontré con mi reflejo.
La calma y la paz
inundaron nuestras vidas.
La palabra sin hechos,
ni actos,
es sólo quimera encendida,
que se apaga
con el sonido del viento,
y va desapareciendo
sin huella ni lamento.
Mi palabra cumplí
con sublimes aciertos.
Desde el cielo,
entre dimensiones,
te velaré.
Y libre como mariposas,
te cuidaré.
Da igual que no me recuerdes,
que no sepas nada de mí.
Lo invisible es lo verdadero,
en lo intangible
siempre nos vemos.


© LOLA SÁNCHEZ

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