MÁS QUE UNA AMISTAD
El vacío de la casa la llenaban de angustia, jamás pensó que a ella le ocurriera algo así, jamás se imaginó verse sola, tan joven... Los últimos meses había estado sumida en lo más profundo del pozo, en un abismo absoluto, su vida había perdido todo su sentido. Necesitaba salir de allí, y había decidido trasladarse de lugar. Entre cajas y papeles, entre libros emergió guardada una vieja carta. Y el nombre de esa persona le vino a su mente, Daniel, su amigo del alma. Nerviosa abrió la carta hacía años que no sabía nada de él y recordó como esa carta fue de despedida. La volvió a releer. Fijándose en algunas frases que le llenaban el corazón y le alteraban el alma:" Si me necesitas llámame, no cambiaré el número", " siempre estaré", "Sabes que te amo y te amaré siempre" esta última la hizo reaccionar, y lo llamó, pero al tercer tono se arrepintió, seguro que ya no querría saber nada de ella. Llevaba años sin saber de él, nunca lo había olvidado porque su relación con él se quedó en el aire, sólo fueron amigos, si se dieron un par de besos, "ufff aquellos besos jamás los pudo olvidar".
Sentada en la terraza de su nueva casa el timbre sonó. Se acercó a la puerta y observó por la mirilla, no se lo podía creer era Daniel, era él, esos ojos negros los reconocería entre la multitud. Abrió la puerta llena de emoción y él directamente la estrechó entre sus brazos. Una mezcla de emoción, tristeza, y esperanza hizo que las lágrimas fluyeran por su rostro, Daniel la abrazaba con fuerza, esa fuerza que ella necesitaba. "Cuando vi tu llamada perdida supe que algo grave había ocurrido, y llamé a tu hermano y ya me contó" él le acariciaba el pelo como antaño, y ella se estremeció "No puedo creer que estés aquí, creía que me habías olvidado" ella lo miró en ese instante "¿Olvidarte...? ¿a tí ? ¿a mi amiga del alma? Eres la única mujer que me robó el corazón con aquellos besos de despedida, la única que sabía que no olvidaría en la vida, y la única que amé, amo y amaré por siempre", y él la besó como antaño y ella le respondió de la misma forma. Lo que se quedó en el aire caía ahora en forma de semilla sobre la tierra. Algo nuevo se iniciaba en sus vidas.
© LOLA SÁNCHEZ
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