viernes, 20 de febrero de 2015

Día 15 de Febrero de 2015. REPETIRÍA.



REPETIRÍA


Jamás había amado a nadie como la amaba a ella. Y sabía que jamás volvería amar así. Como era posible, amar tanto si a penas la había tocado, si ni siquiera la había visto, sólo una vez. Cómo se había vuelto loco por unos besos y unos abrazos que lo devoraban día y noche. Y sentirla cada día como un fantasma encadenado a él, eso lo desconcertaba. El hecho que su conexión no fuera física era lo que lo dejaba sin defensa, que su contacto con ella fuera en otros niveles lo debilitaba y a la vez lo fortalecía. Caminar por su sendero, sin ella, era lo más doloroso que había sentido y a la vez el hecho de haberla conocido, de haberla acariciado, de haberse perdido en el brillo de sus maravillosos ojos por un sólo instante había sido lo más hermoso que había vivido jamás, si volviera atrás repetiría, a pesar del desgarro que jamás se cerraría en su corazón. Sólo ese encuentro que tuvo con ella fue lo que le dio vida aunque ahora muriera en agonía. Volvería una y otra vez, sólo para conocerla, sólo para sentirla, pues ella era la única que lo completaba, nada y nadie lo conseguiría ya que ella era su propia versión de sí mismo en femenino, era su alma gemela. La buscaría una y otra vez, hasta que estuvieran preparados para vivir una vida de plenitud juntos. La había amado con locura, la amaba y la amaría por siempre. Se había alejado de ella porque la vida los separaba, pero no estaban a distanciados del todo, no, seguían amándose como auténticos maníacos a otros niveles, y allí ella y él siempre serían uno del otro, allí él le demostraba que no la dejaría nunca y ella le demostraba a él que lo amaba con toda su alma, hasta que esa realidad se plasmara en la tierra que pisaban. 




© LOLA SÁNCHEZ


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