martes, 3 de febrero de 2015

Día 3 de Febrero de 2015. PARA ELLA QUE YA TIENE ALAS.



PARA ELLA QUE YA TIENE ALAS


Hoy mis personajes se quedaron en el cajón, porque quiero hacerle un homenaje a mi tía que ya nos ve desde el otro lado, porque sé que ellos no se van, y permanecen a nuestro lado en los momentos más difíciles, como ángeles guardianes, y porque tanto a ella como a mi padre les debo mi forma de ver la vida, mi sentir, y mis valores que desde muy pequeña me inculcaron. Hoy os habla Lola, para sacar de adentro lo bueno de aquellos que se van demasiado pronto, por lo menos siempre nos parece que el tiempo es tan breve y tan efímero cuando alguien a quien amamos se nos va de esta dimensión. Y ella al igual que mi padre, me enseñó a ser "buena persona", por lo menos a intentarlo, porque a veces hacemos daño sin darnos cuenta a los demás, o estamos confundidos y nos equivocamos, nadie es perfecto, aún así mi padre siempre me decía que hay que pedir perdón, y mi tía era igual que él en ese sentido, siempre procuraron llevarse bien con todo el mundo, respetar las decisiones del prójimo aunque no estuviéramos de acuerdo, y sobre todo a amar al prójimo, ayudando, apoyando, escuchando en todo lo que estuviera en su mano, ellos siempre cumplían el refrán " Haz el bien, sin mirar a quién". Jamás escuché de los labios de mi padre y de mi tía un "odio a tal persona", jamás escuché "ojalá se muriera tal o cual", supongo que ellos sabían y así me lo decían " Que lo que le deseas al vecino te viene a ti de camino", y jamás juzgaban o prejuzgaban, preferían ver, oír, y callar. Quizás por eso de cada persona que me encuentro en mi camino, voy quedándome con lo mejor, pues sé que tenemos muchas capas, y no es fácil mirar más allá de las falsas apariencias para ir a las profundidades de cada ser. Como siempre digo, el ego, nos juega muchas veces malas pasadas, y cuando viene una enfermedad o una muerte repentina se acabó el ego, y sale nuestro ser auténtico ese que está dentro de nuestro corazón y es puro amor, ese que nos hace entregarnos a los demás de forma incondicional, ese que es capaz de ponerse en la piel del otro y comprender su situación, para que tendamos nuestras manos amorosas y lo levantemos, siempre que el otro esté dispuesto a ser ayudado.  Negar la palabra a alguien siempre lo último, si se hace porque no quede más remedio, pues mi padre decía que la vida puede que te ponga en el camino de nuevo a esa persona, y el que se supone que te dio la espalda te puede sorprender cuando más lo necesitas, y viceversa. Pues él decía, los amigos de verdad siempre estarán en los peores momentos, y el que no está es que no fue realmente tu amigo. Que a veces las apariencias engañan por eso hay que dar segundas oportunidades, y a veces hasta terceras, y si algo se termina mejor terminarlo bien que como gallos en pelea. Y es cierto que cada persona que se cruza en tu vida deja algo de ella en ti, y tu algo de ti en ella, por eso sé que nada se pierde, que todo es una continua transformación y aquellos que amamos con el alma no se desvanecen. Este verano pasado hice un taller de regresiones y supe que esa parte que hay dentro de nosotros la llamada chispa divina o de consciencia, jamás cambia, y nos vamos reencarnando una y otra vez. Vivir aquella experiencia, y otras que algún día os contaré, hizo que cambiara mi percepción de la vida. Por eso sé que las despedidas son temporales, las que se hacen en esta vida, y las que se hacen cuando esa persona ya no está entre nosotros. Sé que volveré a ver a mi tía con los ojos del alma y al resto de mis seres queridos. Sé que a todo aquel que he amado en otras vidas, que amo ahora y que amaré en el futuro nos volveremos a encontrar, para experimentar nuevos roles, nuevas pruebas y retos. Esto es un teatro, como dice mi profesor de yoga, o una escuela, como dice mi maestra del alma, cada vez estoy más convencida de ello, aunque esa es mi verdad, y respeto aquellos que no la compartan, la verdad puede tener muchas caras y ser siempre verdad, depende desde el punto en que la veas... Y aún así tras todos sus espejos siempre hay una única esencia, la que vive en todos los corazones, en cada roca, flor, ser vivo y estrella, ahí todo es lo mismo, todos somos iguales, todos estamos unidos y conectados. Y esto último hasta que no lo experimentes no sabes que es así. Hoy me siento triste porque sé que en esta vida ya no volveré a ver ni a escuchar a alguien que me trajo al mundo, ya que estaba a los pies de mi cama cuando llegué aquí, me vio crecer y me vio madurar, alguien que dejó sus frutos en mi corazón, dulces como el almíbar. Y al cerrar los ojos la veo sonreír, libre, de dolor y de la maldita enfermedad que la tenían atrapada en un cuerpo que ya no daba más de sí. La veo esplendorosa, junto a mi padre, el resto de mis tíos y junto a mis abuelos. Siento sus carcajadas como pájaros trinar, y el resto de mi familia los escucho cantar flamenco, bajo un olivar frondoso de verde irreal, cantando y bailando como en las fiestas familiares de mi infancia. La siento con todo su amor, protectora y maternal, tierna y compasiva. Sus alas doradas vuelan alrededor de los que la lloramos aquí, su mensaje nada es lo que parece, no nos vamos seguimos aquí al lado, no estáis solos, nada se pierde, todo se transforma, todo continúa. 




© LOLA SÁNCHEZ



2 comentarios:

  1. Te quiero, Dolo. No soy capaz de decirte nada más. El texto es precioso porque sale de tu corazón y ese corazón tuyo es de los más hermosos que conozco.
    Un abrazo.

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    1. Gracias Yolanda, gracias por estar ahí, gracias por apoyarme y ayudarme siempre, con tus palabras y tu presencia. TE QUIERO. Muchos Besos.

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